Cansado y hartito –por poner una expresión más local- de escuchar a la gente hablar de los cofrades como si fuéramos gente de derechas, a la antigua usanza, engominados y enchaquetados rancios; y viendo la derivación que está tomando el apelativo de “capillita”, que hasta hace poco sólo era un enfermo de la Semana Santa y ahora un religioso de misa y confesionario, me veo en la obligación de dar a conocer un poquito, en la medida en que puede hacerlo este blog, una Semana Santa diferente, la del pueblo, la que no está regida por una archidiócesis y que la gente a lo mejor no conoce tanto, aunque lo vive a diario.
Primero me gustaría hacer la pregunta, ¿por qué en un barrio como San Julián o el Cerro del Águila, donde el PP tiene vetado el paso así como cualquier cosa que “huela” a Derecha, hay tanto fervor hacia las imágenes de sus parroquias? Evidentemente no es una pregunta que se pueda responder con una frase, ni siquiera en un párrafo. Necesitaríamos un libro contextualizando y otro dando hipótesis, pero nunca tendríamos una respuesta clara, porque de eso va la Semana Santa en Sevilla, de algo inexplicable. Yo intentaré por lo menos hacer pensar o crear un pequeño debate.

Es de sobra conocido que el barrio de San Julián fue considerado (y creo que podría ser todavía considerado) el “Moscú Sevillano”, la última resistencia del frente rojo a los nacionales en el 36 y la actual residencia de la mayoría alternativa, “podemita” (en su tiempo socialista) y comunista de nuestra Ciudad. Vayan a la plaza del pelícano y echen un vistazo. O lean, coño, que eso viene en cualquier libro de la historia de Sevilla. Sin embargo, la Hermandad de la Hiniesta es una de las hermandades de Sevilla que más seguidores, nazarenos y hermanos tiene. Unas imágenes que son relativamente nuevas, con respecto a las tallas que procesionan por Sevilla, ya que son obras de Castillo Lastrucci, después de que se quemaran las originales (y varias veces) en el convulso periodo del primer tercio de siglo XX. Pero es llegar el Domingo de Ramos y el barrio cambia, se llenan sus calles, cientos de familias ven cómo algunos de sus componentes van vestidos de nazareno a la parroquia y el resto se queda esperando a que salgan los dos pasos camino de la Catedral; las señoras más mayores se emocionan al ver la cara de la Virgen o se tiene compasión con una María Magdalena arrepentida a los pies del crucificado de la Buena Muerte.

Vámonos un poco más lejos del centro. Al Cerro. Matadero p’arriba.

Un barrio con las calles “8 de Marzo” o “HYTASA”, ve cómo el Martes Santo, muy temprano, nazarenos con el mejor y más caro terciopelo rojo van camino del centro de Sevilla. El Cristo del Desamparo y Abandono, “nacido y criado” en la parroquia de San Gil, se da un baño de multitudes desde las 12 de la mañana, hasta las tantas de la noche, cuando regresa. Detrás del palio, durante todo el recorrido, hay un grupo de señoras que escoltan a la Virgen, su devoción, como han hecho durante todo el año, pero sin que todo el mundo las viera.

Caso parecido en el Tiro de Línea, otro barrio de izquierdas donde los haya. ¿Qué decir de la procesión “aparte” que va detrás del Cautivo o de la Virgen de la Merced de señoras emocionadas y muchas personas mayores con las mejores galas?

Pues sí, hay mucho que decir. No sólo es religión lo que alberga la Semana Santa, ni política. Bueno, política sí, y mucha, pero otro tipo de política aparte de la conocida de “Derechas e Izquierdas”, una política de IDENTIDAD, una política de sentimiento de pertenencia a un colectivo y a un barrio. Mi Virgen, mi Cristo, mi barrio.

Evidentemente, el carácter religioso es inevitable en la fiesta, pero es necesario hacer un pequeño esfuerzo, tanto del que es creyente como del que no lo es, para comprobar y comprender que la Semana Santa supera cualquier tipo de fe y creencia.

En Sevilla, esa fiesta “post-cuaresma”, nuestra Semana Santa, difiere completamente de la mayoría de las que se celebran en España o incluso Europa. Su desarrollo cultural a través del tiempo ha generado una fiesta totalmente particular y diferente a la fundacional.

En el caso que antes comentábamos, los barrios obreros o de izquierdas como los citados, tienen un sentimiento identitario muy fuerte. Es la Virgen, el Cristo o la parroquia lo que rodea o reúne a todo el colectivo, compartiendo un mismo emblema o símbolo como defensa de esa identidad. En Sevilla este tipo de cosas es muy habitual, somos de un carácter muy identitario. Es por ello por lo que al emigrar, tenemos la enorme necesidad de crear símbolos que nos recuerden a nuestras raíces (peñas culturales en Barcelona, la Hdad. Del Rocío de Bruselas, la Macarena de Miami…). Pero entiendan Identidad no como un elemento ofensivo de la Izquierda más radical, sino como algo que nos define a cada uno de los habitantes de una región, sin la necesidad de connotaciones independentistas, como nos han hecho pensar los catalanes. Por eso decía que es “otro tipo de política”.

Cada uno vive la Semana Santa como quiere, como la siente. En mi caso ya lo he contado muchas veces, no sólo se reúne esa seña de Identidad con el amor a unas imágenes, sino también el sentimiento familiar y tradicional. Son muchas las experiencias que he vivido con mi familia a lo largo de los años, y cada año voy acumulando más que van haciendo este sentimiento mucho mayor. Al principio, cuando era un “niño de la Salle”, puede que también tuviera mi corazoncito cristiano, pero poco a poco lo he ido encogiendo, para darle más espacio a estos otros sentimientos de los que hablo en este post (artículo, o Pérez-Reverte me cierra el blog).

Y qué decir de la belleza patrimonial y artística de nuestra Semana Santa –en las próximas semanas subiré un reportaje fotográfico que he hecho este año donde se puede ver perfectamente a lo que me refiero con estos términos-. Creo que no somos conscientes de lo que tenemos. El fervor hacia las imágenes o el ateísmo desproporcionado hacen que las imágenes dejen de tener un valor artístico para pasar a ser símbolos. Me parece muy bien. Como he dicho antes, cada uno interpreta la Semana Santa como quiera, pero que no nos ciegue esa pasión (tanto a favor como en contra) y veamos las imágenes como lo que son: tallas impresionantemente preciosas del siglo XVI ó XVII, la grandeza del Barroco español, de la mano de autores como Juan de Mesa, Martínez Montañés, Ocampo, la Roldana, etc… mezclado con la teatralidad de Castillo Lastrucci u Ortega Bru (ya del siglo XX) y la modernidad, a la par que clasicidad, de imagineros como Dubé de Luque, Fernando Aguado o Navarro Arteaga. Una auténtica maravilla que no seremos capaces nunca de llegar a valorar como es debido. Yo me incluyo, por supuesto.

En fin, para ir concluyendo, que me está quedando demasiado extenso el artículo, nuestra Semana Santa es un valor importantísimo de nuestra Cultura popular que no debemos despreciar basándonos en nuestras creencias y que debemos dar a conocer a todo el mundo, porque aunque no lleguen a sentir las mismas emociones o sentimientos como los que hemos hablado ahora, son un Patrimonio grandísimo que nos hace grandes y muestra el carácter propio andaluz (o sevillano) a través de los siglos (es una costumbre de más de cuatro siglos ya…).

Recomiendo unos libros que me leí el pasado verano de Isidoro Moreno sobre la Semana Santa andaluza: . Y una recomendación de varios autores de la revista “La Muy”: “Teorías y Realidades de la Semana Santa”, de Núñez de Herrera. Analizan y cuentan la Semana Santa desde un punto de vista especial en nuestra Ciudad y va muy relacionado con todo lo que hemos hablado aquí. Por cierto, interesantísimas charlas en el CICUS organizadas por esta revista para comentar la Semana Santa desde un punto de vista humorístico, diferente e iconoclasta. Pude escucharlas todas y la verdad es que la cultura que sostiene la Semana Santa encima o detrás podría ser mucho más aprovechada por nuestra Ciudad.


Por último, no hablar en este artículo de las “carreritas” de este año, sería muy torpe por mi parte. No voy a hacer ni mucho menos una hipótesis “conspiranoica”, ni pretendo explicar cómo se desarrollaron los hechos como ya han escrito otras muchas webs, más informadas y más profesionales que este blog. Lo único que podría o debería escribir es mi opinión sobre cómo lo viví o cómo creo que debería actuar la sociedad.

En primer lugar, creo que la gente es bastante “peliculera y novelera”, por lo que hablar de este tema siempre será complicadísimo, puesto que algunos sienten la fiesta amenazada y otros directamente quieren un castigo y un culpable.

Para mí, permitir que haya gente bebiendo en las calles como si eso fuera una botellona ya es un primer error grave -a mí me pusieron una multa de 100 euros por beber una Fanta de naranja con varios amigos más (ellos sí bebían alguna copa, pero no era una botellona de locura, borrachera ni desenfreno), a los pies de la Torre del Oro en pleno mes de agosto, cuando no había nadie en Sevilla, con el supuesto policial de que estaba armando escándalo. Sí, 10 ó 12 personas multadas por escándalo público mientras el policía tenía que subir el tono de voz por el ruido que formaba la discoteca “Río Grande” en la orilla de enfrente-. En segundo lugar, me parece que la gente y la sociedad en general está viviendo en un constante estado de alarmismo. Llegué a pensar que había gente deseando que pasara algo para poder decir “qué mal está el mundo” o “yo lo pasé fatal”. Ya digo que la gente es muy novelera. Y por último, y ya sí que sí, en un Estado en el que un Ayuntamiento depende de tantos sindicatos como la Patronal del Taxi, los sindicatos policiales y varios colectivos del estilo para que todo funcione de acuerdo a lo establecido por el CECOP, no me gusta la idea en absoluto de que estos grupos tengan demasiado poder, no sé si me explico. Sí, no quiero ser paranoico, pero la explicación pública de que una pelea generó oleadas de carreritas por todo el centro de Sevilla en un intervalo de 1 único minuto… como que no me lo creo –sufrí cuatro “sustitos” seguidos desde Campana hasta la Avenida de la Constitución-. Ya cada uno que “elucubre” como quiera.

Espero que este extensísimo semi-ensayo sobre Semana Santa e histerismo local les haya gustado y den sus opiniones en los comentarios.

Gracias por visitar el blog de nuevo y leer el artículo!


 

1 comentario:

  1. Disculpen el error, no he escrito los títulos de los libros de Isidoro Moreno, son:

    - LAS HERMANDADES ANDALUZAS: UNA APROXIMACION DESDE LA ANTROPOLOGIA (pueden encontrarlo en este enlace https://m.casadellibro.com/libro-las-hermandades-andaluzas-una-aproximacion-desde-la-antropologia-2-ed/9788447203888/655233)

    - Y LA IDENTIDAD CULTURAL DE ANDALUCIA. APROXIMACIONES, MIXTIFICACION ES, NEGACIONISMO Y EVIDENCIAS (Más orientado a política pero también muy interesante, https://m.casadellibro.com/libro-la-identidad-cultural-de-andalucia-aproximaciones-mixtificacion-es-negacionismo-y-evidencias/9788461239085/1216804)

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