Hoy, día 23, se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y este año es especial, pues son 400 los años que se cumplen de la muerte de nuestro insigne escritor.

Lo que no sabrán vuestras mercedes, aprovechando el argot y las expresiones de la época, es que se piensa que la obra más importante de Cervantes, "Don Quixote de la Mancha", pudo haberse empezado a escribir en Sevilla, mientras cumplía condena en la cárcel Real, a finales del siglo XVI, donde ahora se sitúa la central de La Caixa en nuestra ciudad, en Sierpes. Por eso verán un busto de don Miguel de Cervantes en la calle "Entrecárceles", la que va desde la plaza de San Francisco a la plaza del Salvador.

Algunas de estas curiosidades las pude aprender gracias a la ruta realizada con Ispavilia, "la Sevilla de Cervantes", en la que íbamos paseando por los lugares que sirvieron de inspiración al escritor, durante su estancia durante algunos años en nuestra ciudad.

Fue recaudador de impuestos por la provincia, lo que hizo ganarse alguna que otra enemistad. Por otro lado, el banco donde depositaba lo recaudado quebró y eso fue lo que le costó el encierro en prisión, porque supuestamente, nuestro ingenioso escritor parecía haberse quedado con algo del dinero público... Al igual que cuando estuvo capturado por los turcos, en Argel, su estancia en prisión le sirvió para escribir hermosas obras o pequeños poemas, algunos de ellos nunca publicados o muy poco conocidos.

En las "Novelas ejemplares" se habla de nuestra Sevilla en pleno siglo de Oro, pero una Sevilla decadente y de pícaros, donde la pillería y las trampas estaban a la orden del día. Rinconete y Cortadillo como máximos ejemplos de esto que decimos, pero Cipión y Berganza, en el "Coloquio de los perros" es otro ejemplo. Cuando dice:

BERGANZA.- «Paréceme que la primera vez que vi el sol fue en Sevilla y en su Matadero, que está fuera de la Puerta de la Carne; por donde imaginara (si no fuera por lo que después te diré) que mis padres debieron de ser alanos de aquellos que crían los ministros de aquella confusión, a quien llaman jiferos. El primero que conocí por amo fue uno llamado Nicolás el Romo, mozo robusto, doblado y colérico, como lo son todos aquellos que ejercitan la jifería. Este tal Nicolás me enseñaba a mí y a otros cachorros a que, en compañía de alanos viejos, arremetiésemos a los toros y les hiciésemos presa de las orejas. Con mucha facilidad salí un águila en esto.»
     
CIPIÓN.- No me maravillo, Berganza; que, como el hacer mal viene de natural cosecha, fácilmente se aprende el hacerle.

Y más adelante vuelve a referirse Berganza con estas palabras:

BERGANZA.- [...]  »Volvíme a Sevilla, como dije, que es amparo de pobres y refugio de desechados, que en su grandeza no sólo caben los pequeños, pero no se echan de ver los grandes. Arriméme a la puerta de una gran casa de un mercader, hice mis acostumbradas diligencias, y a pocos lances me quedé en ella...
En el coloquio de los perros podemos situarnos por la Alfalfa, en la actual cuesta del Rosario, que por aquél entonces era una calle con ciertos recovecos (llamada Calle de la Costanilla) y que Miguel de Cervantes decía que al rey le quedaba aún por conquistar, ya que esa zona era muy dada a no ser de trigo limpio...

BERGANZA.- [...] Finalmente, oí decir a un hombre discreto que tres cosas tenía el Rey por ganar en Sevilla: la calle de la Caza, la Costanilla y el Matadero.


Las gradas de la catedral son un escenario de un pasaje de Rinconete y Cortadillo, al igual que la plaza de Jesús de la Pasión (o plaza del pan). También se habla del "Malbaratillo" del Arenal, donde se reúne todo lo robado en la ciudad:

"Auianse despedido antes que el salto hiziesen, de las que hasta allí los auian sustentado, y otro día vendieron las camisas en el malbaratillo que se haze fuera de la puerta del Arenal, y dellas hizieron veinte reales."

 Es en esta misma novela en la que se dice, nada más llegar Rinconete y Cortadillo a nuestra ciudad, a través del río:
"Hecho esto, se fueron a ver la ciudad, y admíroles la grandeza y la sumptuosidad de su mayor iglesia..."
No son pocas las referencias que hace Cervantes a nuestra ciudad, puesto que hay que entender, que en la época en la que vive el escritor, Sevilla es la ciudad más importante del mundo y todo aquél que quisiera hacer fortuna debía pasar por nuestras calles.

Y preciosa mención hace a la Giralda, en el segundo libro del Quijote, como recuerda la placa situada en la plaza Virgen de los Reyes:

“Una vez me mandó que fuese a desafiar a aquella famosa giganta de Sevilla llamada la Giralda, que es tan valiente y fuerte como hecha de bronce, y sin mudarse de un lugar es la más movible y voltaria mujer del mundo. Llegué, vila y vencíla, y hícela estar queda y a raya, porque en más de una semana no soplaron sino vientos nortes.”
Con estas palabras, Miguel de Cervantes, en boca de Don Quijote, hace referencia a lo que hoy llamamos el Giraldillo, la giganta que se mueve al son del viento, como veleta de bronce que es. Y aunque desde abajo o la lejanía nos parezca pequeña, mide más de tres metros.

Si no han leído ninguna de estas obras, les recomiendo que lo hagan. No sólo por conocer al "príncipe de los ingenios" español, sino por leer una radiografía casi perfecta de nuestra ciudad en aquél siglo XVI ó XVII.

Todos estos emplazamientos, junto con una excelente ambientación histórica, podéis visitarlos de la mano de Jesús Pozuelo y su empresa, Ispavilia.

Durante el día de hoy, y durante toda la semana, el Ayuntamiento de Sevilla va a realizar una serie de actividades para conmemorar tan célebre fecha. En este enlace pueden verlas: #Cervantes400.

Personalmente, creo que el mejor homenaje que se le puede rendir a un escritor es leer sus obras y conocer a fondo su vida y el contexto histórico en el que vivió, ya que gracias precisamente a él, podemos saber cómo eran nuestras ciudades en esa época de nuestra historia.

Con estas rutas o paseos podemos situarnos e imaginar por un momento cómo era nuestra Sevilla por aquellos 1590s o principios de 1600...

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