Con la vorágine de la Semana Santa, no he podido publicar un artículo sobre la visita al Monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce.



De nuevo de la mando de Ispavilia, he podido conocer algo totalmente desconocido para mí. Pero creo que lo es para la mayoría de los sevillanos e incluso organismos públicos.

Es un monasterio fundado en 1301 por Guzmán el Bueno, sobre una mezquita mozárabe. Posteriormente, fue donado a la Orden Cisterciense, que terminó convirtiéndose a la Orden de los Jerónimos. Y tras la desamortización de Mendizabal, en 1835, perdió su condición de monasterio y fue abandonado. Hasta hace pocos años, en 2002, que la Junta de Andalucía decidió invertir en su restauración, de la que sólo ha cumplido la mitad del monasterio.

Contiene en su interior grandes obras barrocas de Martínez Montañés y varias de menor importancia artística, pero de gran valor histórico. Podemos ver dos iglesias "adosadas", puesto que Alonso Guzmán decidió construir una y su hijo otra justo al lado. El monasterio tiene una sacristía, una sala Capitular, claustros de estilo mudéjar y un refectorio.

Los frescos en las paredes, como los que se ven en la fotografía, son de los más importantes de Europa, aunque no sean conocidos, tienen un grandísimo valor histórico y artístico.

En este monasterio, se tradujo al castellano por primera vez la Biblia, que la Insquisición sólo permitía escribir en latín. Por ello, varios monjes fueron ejecutados por autos de fe.

Es increíble cómo podemos tener algo así tan cerca y no conocerlo. En muchas ciudades del norte de España te intentan vender turismo con mucho menos y tienen más apoyo de las instituciones públicas. Esperemos que no se produzca el abandono por parte de la Junta y podamos seguir viendo el interior de este bello monasterio, una pieza histórica muy importante de nuestra provincia.

Les recomiendo, si aún es posible, realizar la visita con los chicos de Ispavilia. Sus conocimientos sobre el monasterio y las obras que en él hay, así como de la historia acaecida en su interior, te ayudan a imaginar la vida de los monjes y a aprender sobre nuestra Historia.

Retablo de la primera de las iglesias.

Pequeña capilla en los claustros del monasterio.
 
Refectorio, con cuadro original de la Santa Cena, del siglo XV


Sala Capitular


Retablo de Martínez Montañés, una de sus obras más importantes.

Cruz a la entrada del monasterio, situada encima del antiguo cementerio del monasterio y, posteriormente, del Santiponce del siglo XIV y XV.

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