Viendo el otro día el álbum de estampitas del Mundial de mi hermano chico me di cuenta de una cosa: HACE 20 AÑOS QUE EMPECÉ A VIVIR EL FÚTBOL.

Y es que, aunque mi padre no pare de decirme que yo antes de eso ya tengo fotos vestido con la equipación del Sevilla FC, para mí, es imposible recordar nada, puesto que nací en el 87. Y es cierto que tengo (o tenía) un balón TANGO del Mundial del 82, que mi padre guardaba desde entonces y que yo destrocé a base de patadas y de partidos interminables en mi barrio, pocos, pero alguno hubo.

Lo primero que empiezo a recordar es el Mundial del 94, en Estados Unidos. Los cromos de Panini en el colegio quizás me ayudaran mucho en eso. Recuerdo cómo memoricé hasta la fecha de nacimiento del portero suplente de Bélgica o el frustrante deseo de aprenderme algún nombre de la Selección de Arabia Saudí. En cualquier caso, dejaba con la boca abierta a los que me rodeaban.
En cuanto a partidos, recuerdo ese Alemania vs. España que terminó con empate a uno y que presagiaba un gran Mundial. Klinsmann, Matthaus o Illgner son algunos de los protagonistas que recuerdo. Sin embargo, el mayor recuerdo y el que se me ha quedado en la cabeza (y no solo a mí, sino a millones de españoles) fue aquel codazo de Tassotti a Luis Enrique, el fallo clamoroso de Julio Salinas, los goles de Roberto Baggio y, finalmente, la eliminación de España en Cuartos de Final. Ahí también nació mi cariño a una Selección Italiana que siempre ha sido duramente despreciada aquí en España, pero que a mí no deja de enamorarme año tras año. Llegó a la final, pero la perdió contra Brasil, la de Bebeto, Taffarel, Cafú...

He de decir que hasta el Mundial de Francia más o menos, mi sentimiento por la Roja era enorme, jugaba en la Mega Drive a ser la Selección y soñaba con la llegada a la final del Mundial. Pero después, cuando vi varios desprecios de la RFEF a mi club, que eso sí que está por encima de todas las cosas, empecé a dejar de lado a la Selección de Marca, periódico que descaradamente durante muchos años ha sido el que rellenaba las listas de los seleccionadores de nuestro país.

En esa temporada que comenzaba tras el Mundial, la 94/95, Davor Suker maravillaba a las gradas del Ramón Sánchez Pizjuán. Soler, Ferrara, Jiménez, Monchu, Cortijo o Gabi Moya son algunos de los nombres que recuerdo y algún que otro partido se me viene a la cabeza, aunque vagamente. Sí recuerdo uno de los primeros partidos que fui al Sánchez Pizjuán: un Sevilla vs. Valencia, con Zubizarreta en la portería. Esa temporada quedamos quintos y fuimos a UEFA.

Después, en la 95/96, recuerdo la despedida de Davor Súker frente al Salamanca, último partido de liga, que ganamos 3-1. Liga que cambiaba el sistema de puntuación y por cada victoria se daban tres puntos...

Llegó la Eurocopa de Inglaterra y otra vez sufriendo con mi puñetero españolismo. Abelardo, Hierro y Seaman se ponen tontos y en una tanda de penaltis le amargan la tarde a un chaval de diez años que estaba veraneando en la playa de Isla Canela. Creo que fue la primera vez que dije una palabrota a cuenta del fútbol, por aquello de "A tomar por culo, ahora a segunda". Nunca fui un malote.

En la 96/97, mi cuarto de Primaria, sufrí el varapalo de bajar a segunda, mientras un SD Compostela quedaba por la mitad de la tabla y el Barcelona le quitaba la Copa del Rey "ar beti" en una final agónica a finales de junio, que vi con mi gran amigo Jesús Pando. Para colmo, me regalaron la camiseta de Umbro con el 10 a la espalda, por mi cumpleaños. La pena era que el 10 no era Maradona, sino Dumitrescu, pero me hizo ilusión igual. Como si me la regalaban de Colusso, Axel, Casablanca o Moacir, todos igual de respetables, ejem...
Dumitrescu. Imagen del interesantísimo blog colussoscontrakukletas.blogspot.com


El año siguiente, en 1998, aprendí que hay clubes que jugaban en campos embarrados con nombres que desconocía completamente. Lo de jugar contra otras canteras Y PERDER fue también algo novedoso para mí. Encima no subimos, tardamos un año más... Desde entonces voy al estadio asiduamente, no tenía carnet propio, sino que mi amigo del cole, Francisco Luis, me dejaba uno de su familia y me iba con él y sus primas. Creo que nunca sabrá lo eternamente agradecido que le estoy a él y a toda su familia. No solo por el fútbol, está claro.

Seedorf y Davids.
Y en la Copa de Europa descubrí a la Juventus de Turín, que jugó la final contra el Real Madrid de la "séptima" (por aquél entonces no me daba coraje y me alegré de que ganaran), y en la que jugaban en el centro del campo Deschamps, Davids y Zidane. Casi ná. Me acuerdo perfectamente porque eran un equipazo. Inzaghi de delantero, Lippi de entrenador. Pessoto de defensa con Montero y Peruzzi de portero. La vecchia signora se quedó en mi corazón... y a partir de ahí el Calcio: la Roma, el Milán o el Inter fueron los primeros en "conocer".

Menos mal que llegó el Mundial. Sí, menos mal, para olvidar también... Francia, que no estuvo en el del 94, le echa narices y llega a la final contra Brasil, Y gana. Un tal Zidane empieza a tocar la pelota como si tuviera una relación de amor con ella. Estaba en la Juve y antes en el Bordeaux. Lo recuerdo perfectamente.
Pero bueno, antes España hizo el ridículo de no llegar ni a octavos. Recuerdo ese empate ante Paraguay en la fiesta de fin de curso de mi colegio. Pero más recuerdo la cantada espectacular de Zubizarreta contra Nigeria, en el que perdimos 2-3. Es que nos eliminaron pero con razón, coño. También hubo una goleada frente a Bulgaria, con Kiko Narváez por medio, antes de que se le olvidara hablar andaluz.

Fue en la 98/99 cuando recuerdo aquella promoción impresionante contra el Villarreal, televisada por Canal Sur y Canal Nou, y en el que teníamos enfrente a un porterazo, a Palop. No fue problema: Tsartas resolvió la papeleta, incluso Monchi se lució haciendo alguna paradilla, con lo malo que era... Eah, a la Puerta de Jerez, mi primera visita a la plaza mágica.

Aunque fue subir para nada. En la 99/00, mi primer año de carnet propio, recuerdo un descenso como colista en una temporada que si no nos robaron cerca de 15 puntos, no nos robaron ninguno. Vaya "pechá" de malos arbitrajes. También recuerdo aquél partido contra el Oviedo en el que Juric se agachaba para dejarle un balón a los asturianos y regalarles el partido. Sí, podíamos putear ar beti y perdónenme la expresión, pero se venían con nostros "pabajo". Por cierto, el Atlético de Madrid también cayó.

Y en ese verano del 2000, la Eurocopa fue a Bélgica. Les soy sincero, he tenido que mirar dónde fue porque no lo recuerdo, solo momentos puntuales: como por ejemplo, aquél golazo de Alfonso Pérez frente a Yugoslavia que, si no llega a ser por él, España vuelve a caer antes de pasar la fase de grupos. También recuerdo aquél penalti de Raúl que mandó el balón a Burguillos, con Barthez en la portería. Los franchutes llegaron a la final y le ganaron a una Italia en la que ya hacía golitos un tal Francesco Totti.


En la temporada del 2001, más campos asquerosos, más canteras violadoras, pero una noche mágica de las de Nervión: el ascenso, con el gol de Inti Podestá, ante el Tenerife. Otra vez a la Puerta de Jerez... y desde entonces, magia, magia y más magia en Nervión.

Para no resultar demasiado pesado, esos años posteriores que ya son más fáciles de recordar, los resumiré en títulos para el Sevilla FC, mis primeros desplazamientos, títulos para el Barcelona, títulos para una Selección Española increíble, una volea de Zidane que me dejó con la boca abierta durante tres o cuatro minutos, un Mundial para Italia que Cannavaro levantó a la vez que yo y una casi inminente desaparición "der beti" ("Dios no lo quiera"...) bajando y subiendo como un ascensor de hotel mientras no se arreglan las acciones del dueño de FARUSA, don Manué Rui de Lopera, que, evidentemente, tenía que entrar en un artículo como este.

Supongo que los que sean de mi edad tendrán más o menos los mismos recuerdos que yo, también según de qué equipo sean. Os animo a que los compartáis poniendo un comentario ;D

Para los que seáis más jóvenes que yo, puede que le hayáis prestado más atención a cosas que yo he pasado por alto. Y los más viejos seguro que recuerdan cosas preciosas durante esos años en los que yo veía fútbol pero no lo vivía. También os animo a que lo compartáis en el blog.

20 años de fútbol dan para mucho...

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